Si hay algo que no cambia año tras año es que cuando llegan las navidades comenzamos a pensar en los Propósitos de Año Nuevo que queremos llevar a cabo. Y así, año tras año, el 1 de enero, nos proponemos una serie de objetivos que rara vez cumplimos.
Resulta curioso pensar el por qué de que el comienzo de un nuevo año, hace que las personas fijen metas u objetivos que durante el año son incapaces de cumplir, cuando en realidad solo hemos pasado una hoja en el calendario (o ni siquiera eso, ya que con las agendas electrónicas es mucho más sencillo ver que nada cambia). Pero ¿qué hay de especial en cambiar de año? ¿Qué lo hace diferente de cualquier otro día?
Parece que nuestro cerebro asimila el año nuevo como un nuevo comienzo, una nueva vida donde podemos mejorar aquellos aspectos que menos nos gustan de nosotros mismos. Pero la realidad es que la mayoría de los propósitos de año nuevo se quedan en eso, buenos propósitos.
Durante estos días me ha dado por pensar en ello, por qué siempre esperamos al 1 de enero para plantearnos hacer cambios y, por qué casi siempre fracasamos en la consecución de esos objetivos. La psicología nos puede dar algunas respuestas:
¿Se pueden llegar a cumplir los Propósitos de Año Nuevo?
No es necesario esperar a fin de año para hacer una revisión de nuestra vida, pero sí que es cierto que para algunas personas el fin de año conlleva cierto valor simbólico que les hace tomar conciencia sobre su pasado y marcarse objetivos nuevos. Esto es algo que se puede aprovechar en nuestro beneficio, aprovechar el momento y mirar un poco hacia atrás.
Y es que marcarse nuevas metas es una forma de tomar el control sobre lo que queremos que ocurra, algo así como preparar el terreno, porque las intenciones sientan las bases para el cambio y nos conectan con nuestros más profundos anhelos. Pero es necesario tener en mente que para que realmente se cumplan es necesario que nos comprometamos y emprendamos el camino para conseguirlo, conectando con nuestras prioridades y con la actitud que necesitamos asumir para que ocurran. Sin olvidar que como seres humanos que somos, habrá momentos en los que nos equivocaremos, tropezaremos y fracasaremos varias veces.
Pero… ¿Y?, si algo aprendimos desde niños es que cuando nos caemos inmediatamente nos levantamos, una y otra vez, sin rendirnos ni posponerlo para otro momento. Así que si nos comprometemos con algo, y por algún motivo nos apartamos del camino trazado, nos volvemos a colocar en él en cuanto nos demos cuenta, y así una y otra vez hasta que lo conseguimos.
¿Por qué nos cuesta tanto cumplirlos?
Generalmente, las personas solemos creer que basta con tener fuerza de voluntad y, cuando no alcanzamos nuestras metas, lo atribuimos a la falta de voluntad. Pero hay muchas otras causas que dificultan enormemente lograr nuestros objetivos, como que estos sean poco realistas, pretender abarcar mucho o marcarnos metas poco claras.
Pero también nos puede frenar el miedo, y es que salir de nuestra zona de confort puede resultar difícil, incluso aunque “en el fondo” deseemos hacerlo.
Cuáles son los Propósitos de Año Nuevo más habituales
Algunas investigaciones realizadas sobre los propósitos de año nuevo han mostrado que la mayoría de las metas están relacionadas con la salud, seguidas de las relacionadas con el trabajo y, en último lugar, las relacionadas con las metas sociales. Así, los 10 propósitos de año nuevo más habituales son:
- Hacer más ejercicio
- Comer sano
- Dejar de fumar
- Hábitos más saludables
- Aprender idiomas
- Leer más
- Aprender algo relacionado con el trabajo
- Organizarse mejor
- Pasar más tiempo con la familia
- Disfrutar más de la vida
7 Ideas a tener en cuenta para no fracasar
- Hay un gran abismo entre lo que queremos hacer y lo que realmente hacemos. Pero tener objetivos para el nuevo año ayuda a calmar nuestra mente porque pensamos con entusiasmo, de esta forma nuestras disonancias cognitivas se relajan.
- Es aconsejable que pongamos por escrito nuestros propósitos de año nuevo. Cuando escribimos nuestras metas y objetivos en un papel, nuestro cerebro toma mayor conciencia de ellos, por lo que esto nos ayudara desde un principio al crear un mayor compromiso.
- Otro factor que nos puede ayudar, mucho, es especificar nuestras metas. Es decir, dejar claro qué, cómo, cuándo, dónde… Pensar en grandes logros está bien, pero si no los desgranamos en pequeñas partes es muy fácil que nos perdamos en el camino, ya que requieren mucho tiempo y esfuerzo. Por ello, lo mejor es ir estableciendo pequeñas metas que poco a poco nos vayan acercando a ese gran logro. Mantener la motivación es clave para cumplir nuestros propósitos.
- Una buena idea es establecer esas pequeñas metas de manera escalonada, de forma que iremos añadiendo dificultad conforme vamos cumpliendo objetivos. Es mejor empezar por las metas más fáciles y que podemos mantener en el tiempo, que con objetivos más complejos que solo conseguirán frustrarnos.
- Flexibilidad. Es muy probable que a lo largo del camino surjan tentaciones de abandonar y ceder a lo que estábamos acostumbrados, pero si te mantienes fuerte y motivado podrás conseguirlo. Algo que nos puede ayudar en esta parte es ir incluyendo los cambios poco a poco en nuestras rutinas diarias para ir adaptándonos, sin generarnos un mayor estrés.
- La vida no siempre es fácil, y desde luego nunca es un camino en línea recta, hay subidas y bajadas, por lo que mantener una actitud compasiva y paciente nos ayudará a aceptar lo que sí y lo que no podemos hacer. Sin castigarnos ni sentirnos culpables si no se consiguen. Ser muy disciplinados puede llevarnos a sentir frustración, por lo que reconocer nuestras imperfecciones nos ayudará a crecer personalmente. ¡Recuérdalo siempre!
- Pero si hay algo esencial para cumplir con un propósito es que si no hay acción no hay cambio; hay que pasar de las ideas a los hechos, de nada sirve quedarse esperando que la situación cambie. Es necesario ser proactivos y llevar lo cognitivo a lo conductual. Para ello, propicia el entorno adecuado y resiste las circunstancias, incluida esa vocecita en tu cabeza que prefiere quedarse en su zona de confort.
Tenemos que comprender que cuando empezamos a pensar en el objetivo a llevar a cambio, pongamos, por ejemplo, hacer ejercicio, se pone en marcha una lucha interna entre lo que creemos que debemos hacer y lo que realmente queremos hacer. Si resistimos y nos ponemos en marcha, estaremos creando un conjunto de rutinas saludables que poco a poco comienzan a funcionar de manera automática, hasta tal punto que ya no nos paramos a pensar en ellas y esa lucha interna deja de existir.
Además, los objetivos que vamos cumpliendo nos van retroalimentando de manera positiva, haciendo que nos sintamos mejor con nosotros mismos y actuando como palanca impulsora para continuar.
Finalmente…
- Es más probable conseguir el cambio si la motivación que subyace a él es interna, ya que el verdadero motor ha de salir de uno mismo. En este sentido, cuando confiamos plenamente en que podemos hacer algo que va a mejorar de forma significativa nuestra vida, nuestras acciones irán encaminadas a que se cumpla.
“No importa la edad ni el momento que vivimos, una vida diferente y más feliz es posible porque lo único constante en la vida es el cambio”
Un año nuevo, cuando se propone, se puede convertir en una oportunidad para cambiar, crecer y transformarnos en aquello que deseamos y/o hacer eso que llevamos tiempo postergando por una cosa o por otra. Lo principal es volvernos más conscientes de nuestros hábitos y elecciones y usar ese conocimiento para hacer cambios que puedan parecer difíciles, crear un entorno que nos facilite llevarlo a cabo aunque nos cuesten y persistir en el tiempo.
También es importante reflexionar sobre por qué no nos cuidamos más a nosotros mismos a diario, es decir, ¿Por qué es necesario que llegue Año Nuevo para plantearnos esas metas? ¿No es bueno cualquier día del año para cuidarnos? Es fundamental darnos cuenta de que no hay fechas “para empezar a cambiar”, el momento adecuado siempre es, ahora.
Espero que este post te haya ayudado de alguna manera a tener más claro que puedes hacer para tener más éxito a la hora de cumplir tus objetivos.